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Huaira

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Huaira

la abundancia

Huaira nace como una necesidad específica, un refugio fuera de la ciudad, un contacto con lo esencial, con la naturaleza. Donde el cliente y el arquitecto son la misma persona. Eso permite soñar y dar rienda suelta a la imaginación, pero sobre todo aterrizar una necesidad dentro de una solución sensata y consecuente con la realidad. Darle solución a un problema sin generar más problemas.

De una necesidad particular, de una necesidad humana de refugio, se trasciende a una necesidad colectiva, donde el requerimiento básico de vivienda de una persona se tecnifica a través del conocimiento y la experimentación que le da la profesión, para generar una red colaborativa de actores y acciones de beneficio común.

Huaira es una vivienda mínima de 42m2 distribuidos en dos plantas. En la planta baja se encuentra el área social, cocina y baño, mientras que en la planta alta se ubica la zona de descanso. Todo pensado con la idea de generar una experiencia al habitarla.

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Pero Huaira termina siendo un sistema constructivo, un conjunto de técnicas e insumos que resuelven un problema, la suma de múltiples procesos simples que resuelven una gran complejidad.

Para el caso, la tecnología concebida se resume en la combinación de dos principios: lo radical y lo profundamente democrático. Resulta totalmente radical usar madera como protagonista de una tecnología, descubrir la nobleza del material, potenciar la función y versatilidad del recurso, dejando de lado la tradición y la convencionalidad; patrocinado por una red social colaborativa de acciones y funciones que de forma democrática permite obtener un equilibrio de beneficios y una garantía equitativa de acceso a oportunidades de desarrollo.

Se planteó objetivos claros. La idea de generar un hábitat sostenible demandó la definición de lineamientos de diseño específicos: prefabricación, replicabilidad, adaptabilidad a la topografía y al contexto, todo ello con el fin de generar el menor impacto posible sobre la huella de carbono. Pero, ¿por qué debía ser así? porque hoy por hoy, no puede concebirse una arquitectura de otra forma.

Planteamiento de una hipótesis: ¿es posible fabricar una vivienda prefabricada que cumpla el principio de replicabilidad, sostenibilidad, adaptable a la topografía y al contexto, con el menor impacto posible sobre la huella de carbono?

equipo multidisciplinario

Premisa para el desarrollo del proyecto, la formación de un equipo multidisciplinario, es decir la suma de capacidades. Una de las partes más valiosas del proceso, ha sido la vinculación de actores, quienes desde cada uno de sus ámbitos, han aportado y se ven beneficiados de su participación, teniendo en cuenta la replicabilidad del proyecto a mediano plazo, lo que implica la proyección continua de demanda de bienes y servicios.

Inicialmente, Huaira fue pensada para satisfacer una necesidad particular de espacio, pero al repensar la arquitectura desde una perspectiva mayormente responsable y consecuente con un estilo de vida, se direccionó las acciones a generar bienestar colectivo, dentro de lo cual, el equipo se instituye como un sistema de producción, de modo que los servicios y las alianzas para la adquisición de productos, estructuren una red colaborativa.

El respeto por los roles dentro del espacio de interdisciplinariedad es uno de los mayores aportes del sistema. Es posible visibilizar la contribución de cada participación en sus diferentes instancias, como la técnica que ofrece la especialización así como factibilidad de experimentación asistida de la mano de obra; y con ello potencializar los procesos y optimizar los recursos.

proceso

En la actualidad, la construcción a nivel mundial es responsable del 40% de la huella de carbono que impacta al planeta. Gran parte de las nuevas construcciones están pensadas en hormigón, un material usado por la durabilidad, pero, para gozar de ese beneficio es necesario explotar una serie de recursos que le cuestan por sobremanera al planeta.

El proceso inicia con la toma de decisiones de uso de material, en razón de concebir un modelo que responda a los objetivos planteados. Se determinó como objeto del sistema constructivo a la madera, asociada a la piedra, al metal, el tetrapack, el aluminio y el vidrio. Éstos 6 componentes intervienen de forma proporcional y estratégica de modo que consoliden el modelo de forma ambientalmente equilibrada. Además, la decisión sobre cada uno de los materiales así como de su ensamble y funcionamiento, fue filtrada por la condición de flexibilidad de desarme y posible movilización de la casa hacia otro contexto. Es decir, la casa puede ser desarmada, empacada y reubicada, si en algún momento hubiera esa exigencia.

La madera permite compensar un porcentaje considerable de huella de carbono, al ser un mecanismo de encapsulamiento del mismo. El tipo de madera escogida, fue la contrachapada, ya que resulta ser un recurso totalmente eficiente. El porcentaje de aprovechamiento del árbol de origen es del 100%. la mejor y mayor cantidad se destina al tablero contrachapado y la astilla restante a la producción del tablero aglomerado. Tiene un origen legal y certificado,

La replicabilidad responde a la premisa de exactitud. Para el caso, la madera contrachapada permite partir de un módulo estándar regularizado, 1,22×2,44. Convirtiéndose éste en el módulo de desarrollo del sistema constructivo.

Para el adecuado desempeño de la madera es necesario aislarla del agua y de la humedad, y con el objetivo de anular casi por completo el uso de hormigón, se estudió la factibilidad de cambio de la cimentación tradicional. El gavión, caja metálica rellena de piedra, fue la opción idónea para el asentamiento de la casa. El metal estructurado fue dispuesto como soporte de los pórticos, como soporte de la cubierta superior y como escalera de acceso al segundo piso.

El tetrapack – polialuminio (plástico y aluminio reciclado, prensado y enchapado) ha sido usado como elemento impermeable de la casa, dispuesto como cubierta y como superficie de piso y pared para la zona húmeda de la casa.

La ventanería, aluminio y vidrio, responde a un porcentaje de uso estratégico, que garantice la iluminación y el confort térmico.

contextualización

Con la idea de generar una vivienda flexible de implantación, susceptible de adaptación a diferentes contextos y topografías, pensada incluso en la movilidad y portabilidad de su conjunto, se conceptualizó la prefabricación en base a la modulación, principio que ha sido premisa en cada gesto y acción. El diseño demandó un estudio bioclimático, mismo que proporcionó los lineamientos para que la arquitectura como tal, sea concebida como garantía de confort térmico independiente del contexto, ya que la versatilidad del modelo permite, con ciertas variaciones ya estudiadas, implantarlo en cualquier piso climático.

El estudio determinaría el diseño y el sistema constructivo como tal. La estructura se despliega para albergar un mecanismo de enchape de aire, contenido por las capas de las paredes y de la cubierta. La disposición de cámaras o conductos de canalización de aire, serán los mismos que contendrán el aislante térmico de variar la condición climática.

socialización

No existe verdad absoluta, y más allá del conocimiento, la investigación y la práctica, ningún proyecto llega a consolidarse si no existe una retroalimentación que lo valide. En una de sus etapas, Huaira fue sometido al “Paredón”, instancia en la que, varios profesionales del sector, ciertos con vinculaciones académicas, pudieron conocer y entender el sistema constructivo que se planteó, derivado finalmente a un interrogatorio enriquecedor que refrescó la perspectiva técnica de ensamble y producción, pero principalmente direccionó al sistema hacia la estrategia de producción en serie.

El objetivo de crear una arquitectura prefabricada solo podía cobrar forma al tomar conciencia que la producción de una o 1000 casas debía concebirse bajo la condición, casi que obligatoria, de la optimización absoluta de recursos; tiempo, material, mano de obra. Ésto fue posible, con la automatización del proceso, lo cual permitiría al final del día, sacar ventaja de un proceso que a través de una producción eficiente le significa al modelo, el menor costo. Es así que, se asumió al sistema de control número computarizado de una fresadora como herramienta de reproducción de piezas a partir de una metodología de estandarización y ensamble.

La tecnología optimiza tiempos de producción pero no reemplaza la mano de obra, se anula procesos que con la carpintería tradicional toman demasiado tiempo y difícilmente permiten llegar a la exactitud que el sistema demanda, piezas precisadas al milímetro.

prueba y error

El ejercicio de prueba / error, como parte de la metodología de desarrollo de cualquier sistema resulta imprescindible. Entender como funciona lo que se diseña y probar la validez de su funcionamiento genera la perspectiva necesaria para la corrección, la mejora pero fundamentalmente para la validación y dimensionamiento de la producción.

La experimentación con los materiales genera criterio de factibilidad, pues es posible asimilar el comportamiento del recurso, evaluar su potencialidad y determinar acciones precisas que permitan cumplir el objetivo de una forma eficaz. Para el caso, fue posible validar la hipótesis de que la madera respondía eficientemente como elemento estructural portante y como superficie pura de confinamiento. La tecnología de ensamble y modulación de piezas responde a la factibilidad de replicabilidad y escalabilidad.

meta

Se prueba la hipótesis de que, es posible desarrollar una vivienda prefabricada que cumple el principio de replicabilidad, sostenibilidad, adaptabilidad al medio topográfico y climático; a partir del desarrollo de un sistema constructivo que integra materiales de bajo impacto ambiental, que a través de una metodología de ensamble y producción, se disponen como un conjunto que satisface de manera integral la necesidad planteada.

A partir de la fabricación y análisis de un módulo tipo, se multiplicaron las implicaciones que tiene la fabricación de los 6 módulos que integran la casa, sumados al resto de materiales que la consolidan, implantados en sitio, puede concluirse que se cumple la meta de desarrollo de una vivienda profundamente satisfactoria y constructivamente eficiente con un impacto incluso negativo en la huella de carbono.

La maximización del uso de la madera, implica el encapsulamiento de un importante porcentaje de carbono. Darle espacio a la innovación y a la responsabilidad generacional, con el uso de cubiertas de tetrapack, refuerzan el principio de sostenibilidad, donde se le proporciona un segundo, incluso de mayor relevancia, al plástico. En términos prácticos, el impermeable de la casa resulta ser basura.

Los recursos que se aprovechan y se explotan de forma positiva, el ahorro de tiempo y la optimización de mano de obra, amparados todos por un exhaustivo desarrollo teórico e investigativo, permiten finalmente poner a consideración, no sólo del ámbito de la construcción sino también de la sociedad, una forma de arquitectura coherente, responsable, sentida y con el propósito de invocar conciencia hacia lo pertinente y sensato con la realidad en la que vivimos y consecuente con la generación futura.

conclusión

Vivir y disfrutar el espacio en el que se habita, darle sensibilidad a la técnica. Eso parecería ser lo que le falta a la academia, conceptos básicos como la modulación y la replicabilidad pero facultados por los sentimientos, llegar a conmoverse con la arquitectura.

Hemos llegado a un punto en el que dejamos de conmovernos por la vida. La arquitectura, en este caso, deja de ser un capricho cuando se pasa del razonamiento para un bienestar personal y se trasciende a la gestión de un bienestar colectivo, en el que que diferentes grupos y sectores se ven beneficiados.

El mayor beneficio del desarrollo del sistema sin duda ha sido transformar el hábitat para vivir una experiencia y transportar al usuario para masificar los imperceptibles detalles de la vida.

Como se domina la arquitectura desde la feminidad – por que yo como mujer me veo involucrada en tal toma de decisiones – mujer es más sensible – mujer constructora tiene la sensibilidad de transgredir sobre la técnica – perspectiva sobre la feminidad que es parte del proceso, es mano de obra delicadamente concebida.

Proyecto: Huaira

Diseño arquitectónico:
Javier Mera Luna
Diana Salvador

Asesoría bioclimática:
Grace Yépez
Nicolas Salmon

Asesoría Estructural:
Patricio Cevallos

Diseño mobiliario:
Juan Subía

Coordinación de proyecto / Construcción:
Diana Salvador

Fotografías:
JAG Studio

Diseño y construcción: 2019

Área: 40m2